martes, 10 de noviembre de 2015

El desafío productivo de la Argentina



La coyuntura económica de corto plazo no nos ha dejado visualizar hasta ahora los desafíos estructurales que enfrentará la estructura productiva argentina. Estos desafíos van más allá del cepo cambiario y del problema de precios relativos. Nuestro país se encuentra frente a la necesidad de definir un perfil productivo y una inserción internacional que dé sustentabilidad a nuestro desarrollo. La alternativa es poder escapar de la “trampa” de los países de ingresos medios, esta situación sucede cuando los países alcanzan ingresos medios, pero no pueden llegar a dar el salto hacia un nivel de desarrollo superior que les permita alcanzar los estándares de naciones más avanzadas.
Pero Argentina a diferencia de otros países cuenta con varias ventanas de oportunidad que le ofrece el mercado internacional.



La primer ventana tiene que ver con la inserción es la de los alimentos procesados y termoprocesados. Este es un mercado que mantendrá su dinamismo en el tiempo y de manera especial en el mercado asiático a partir del aumento de las clases medias y del irreversible proceso de urbanización. Argentina junto con Brasil pueden jugar un rol preponderante en un mercado hoy dominado por los países desarrollados. Es indispensable plantear una estrategia conjunta con Brasil para no quedarnos exclusivamente como proveedores de proteínas vegetales y animales con bajo grado de transformación. Cuestiones referidas a cómo mejorar la logística – por ejemplo en cadena de frío -, inversión en equipamiento, packing, trazabilidad sanitaria, productos verdes, desarrollo de marcas, alimentos diferenciados vinculados a la salud y a la mejora de la calidad de vida son los ejes sobre los cuales habría que avanzar.

Una segunda ventana de oportunidad es el comercio de servicios que es altamente dinámico
e irá representando una proporción creciente del comercio mundial. Dada la calidad de nuestros recursos humanos la exportación de servicios profesionales debería constituir un objetivo estratégico. Resulta incongruente que no haya existido hasta ahora una política de aliento a la exportación de servicios más allá de la ley de promoción de la industria del software. Servicios de arquitectura, de ingeniería, de diseño así como los vinculados a la educación poseen un alto potencial exportador.

Una tercera ventana tiene que ver con el rol de las exportaciones industriales. Dada la existencia de cadenas de valor regionales y globales es necesario apuntar a poder insertarnos en estas cadenas ya sea en productos terminados, en algún componente del producto terminado o en algún proceso/servicio dentro de estas  cadenas de valor. El mejor ejemplo es la empresa Volkswagen que exporta cajas de cambio desde Córdoba a toda la cadena global de esta automotriz o la exportación de válvulas de la empresa Basso desde Rafaela.


Una cuarta ventana es la que podemos denominar como high tech donde existen nichos que Argentina ya ha desarrollado. La producción de satélites, la industria de la energía nuclear son nichos que se deben consolidar y en dónde la presencia del Estado y de la cooperación público-privada debe ser mantenida.

 Los países desarrollados o aquellos que están en vía de alcanzar este estatus han podido avanzar en un proceso creciente de diversificación productiva y exportadora. Ello  requiere como principio básico de una estrategia de coordinación pública – privada, reglas de juego estables, una macroeconomía y una microeconomía ordenada, recursos humanos calificados, así como el sostenimiento de un sistema nacional de innovación que son la bases necesarias para poder emprender una estrategia de este tipo.

Argentina cuenta con las ventanas de oportunidad antes señaladas que ofrece el escenario internacional. Sólo basta que nos ordenemos y que nos despertemos de la pereza de depender exclusivamente de nuestros commodities agrícolas.

Por otra parte no es un dato menor que existen aspectos político-sociales para tomarse en serio el objetivo de la diversificación productiva y exportadora dado que por un lado la región va a vivir en un entorno económico-internacional menos amigable y en segundo lugar la sociedad ha consolidado nuevos derechos y conquistas sociales que fueron alcanzados en contextos de abundancia y que hoy deberán ser sostenidos.

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