lunes, 28 de diciembre de 2015

La asimetría entre empresas y consumidores en las economías de mercado



En las economías de mercado, la asimetría existente entre el margen de acción que ostenta la gran empresa privada y el que detentan los consumidores permite mantener en forma oculta como se forman los precios, cómo se producen los bienes y de esa manera saber cuáles son los márgenes de rentabilidad.

La figura del mercado es la que permite ocultar la desigual relación de poder entre productores y consumidores. Los análisis de mercadeo más sofisticados al servicio de la empresa privada permiten conocer al detalle el comportamiento que tenemos como consumidores, nuestros gustos, preferencias, nuestros  patrones de consumo, etc. Hasta se estudian y analizan nuestros residuos domiciliarios de manera de conocer que consumimos.


Estamos siendo sin saberlo, permanentemente observados por el mercado. Una suerte de Gran Hermano. Por el contrario, como consumidores carecemos de la más mínima información sobre cómo se forman los precios de los bienes y servicios que consumimos, como es el proceso de renovación permanente de bienes en el mercado, cómo se elaboran o de qué manera inducen a través de la publicidad a que consumamos.

Mientras parece un hecho natural que las empresas conozcan al detalle el comportamiento de los consumidores a efectos de mantener el dinamismo del proceso de creación de necesidades, no resulta natural develar al consumidor los procesos que determinan el comportamiento de la gran empresa privada. Esta asimetría de comportamiento se nos presenta como un hecho natural el cual no puede ser cuestionado.

 A este ocultamiento contribuyó la propia ciencia económica y los economistas que pasaron a concentrarse en el análisis económico de los grandes agregados, lo que ampulosamente se ha denominado como macroeconomía quedando las cuestiones que hacen a la economía de la empresa y al funcionamiento de los mercados de bienes y servicios – la microeconomía – dentro de la protección del pensamiento económico tradicional. La primera – la macro – pasó a ser injerencia de la política económica y por ende de los economistas dejando a salvo a la empresa y a los mercados de bienes y servicios de posibles interferencias no deseadas por parte del Estado. Esta suerte de pacto no escrito sigue vigente: los economistas y demás analistas pueden entretenerse analizando los grandes agregados macroeconómicos, sus proyecciones y tendencias. Hasta ahí son necesarios y bienvenidos para el sistema económico productivo de creación de necesidades. Pero cuando de lo que se trata es de develar los márgenes de rentabilidad del sector privado y como este manipula a los consumidores  ahí es cuando la presencia se vuelve molesta al incursionar en algo que no compete inmiscuirse. Estaríamos rompiendo ese pacto no escrito. La profesión económica estaría dejando de ser funcional al sistema productivo para pasar a ser funcional a los intereses de los consumidores


En definitiva no nos debemos olvidar que esta asimetría es el lógico resultado del hecho que, como bien señala Tim Hardford en su libro “La Lógica Oculta de la Vida” , “las necesidades de unos pocos pesan más que las necesidades de muchos”. Podemos dar muchos ejemplos al respecto: muchos consumidores salen perdiendo por medidas de protección o por acciones de cartelización que encarecen los precios de los bienes pero ninguno de ellos se esforzaría por hacer algo al respecto mientras que por el contrario los sectores empresariales protegidos o con posiciones dominantes se esfuerzan denodadamente por conseguir, mantener o aumentar sus niveles de protección o impedir medidas que alienten una mayor competencia.
 
¿Imaginaríamos una campaña de los consumidores contra los precios excesivos de un determinado producto? ¿Cuánto le impacta a cada consumidor individual en sus ingresos el precio excesivo de un bien? ¿Qué probabilidades de éxito tendrían los consumidores de agruparse, organizarse y obtener alguna corrección en los precios? Probablemente los beneficios globales de estar organizados y reclamar contra conductas abusivas del mercado sean importantes pero los beneficios para cada miembro del grupo son bastante pequeños.

 

Los “muchos”  visto desde lo individual tienen poco que perder mientras que los “pocos” – el mundo de la producción y los servicios – presionan y lucharan por extraer beneficios de la sociedad porque tienen mucho que ganar. Esto explica porque estas asimetrías entre el mundo de la producción y el de los consumidores se mantienen en el tiempo.

1 comentario:

  1. Muy buena síntesis! Fácil de comprender para aquellos que no estamos cotidianamente en asuntos económicos!

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