miércoles, 16 de diciembre de 2015

La industria hípica. Otra ventana de oportunidad para Argentina



Una de las ventanas de oportunidad que ofrece el mercado global es el mercado de las marcas y productos de lujo. Este mercado que incluye a productores de automóviles, barcos, indumentaria y productos cosméticos está totalmente dominado por unos pocos
países desarrollados.

Algunos países emergentes comienzan a construir posiciones vía adquisiciones de marcas de lujo (como en el caso de Tata Motors, de la empresa china Chery, o el caso de los fondos de países árabes comprando marcas tradicionales de lujo en países europeos), o mediante el desarrollo de nuevas empresas. Pero en general los países no desarrollados no tienen capacidades para incursionar en estos mercados.

Acceder al mercado global del lujo permite abastecer con productos o servicios a segmentos de población que siempre van a estar menos afectados por los vaivenes del ciclo económico mundial.

Sin embargo también aquí Argentina posee una ventana de oportunidad en este mercado global a partir del desarrollo de su industria hípica que está directamente vinculada con la demanda de los sectores de altos ingresos a escala global. Argentina es reconocida mundialmente como productor de equinos de excelencia, ubicándose entre los 10 países con mayor stock del mundo con 2.294.592 animales distribuidos en 172.145 establecimientos, siendo los 16 % aproximadamente animales puros de raza. Y es sobre este 16% que se debe apuntar para potenciar esta actividad.

Las condiciones naturales referidas al clima, pasturas de calidad, y suelos, sumadas a una larga tradición de vínculo e identificación con el caballo, abonan esta condición, por lo que se crían en Argentina más de 25 razas equinas con distintas finalidades y por año se registran más de 22.000 nacimientos de animales puros de raza en tres Registros Genealógicos reconocidos por el Estado Nacional.

En términos cuantitativos, en embriones y clonación, Argentina está en tercer lugar después de Brasil y Estados Unidos con aproximadamente 14.000 preñeces por año producto de implante de embriones, de las cuales el 90 % corresponden a caballos de polo. Cuenta además con 73 centros registrados de inseminación artificial y trasplante de embriones principalmente para caballos de salto, polo y en menor medida cuarto de milla, árabe y peruano de paso.


 Lo primero que se debe entender es que esta actividad es considerada en el mundo como una “industria” dado el conjunto de actividades y/servicios que se vinculan con ella. Constituye un cluster que engloba a la cría, los deportes hípicos, otras actividades hípicas de recreación (por ej centros tradicionalistas), de salud (equinoterapia), a un conjunto de actividades proveedoras de bienes y servicios (veterinaria, centros de inseminación, forraje, talabartería, indumentaria, transporte, herrajes, etc.) y de una alta potencialidad exportadora. A ello debemos agregar la industria de faena y de procesamiento.

Dentro de este cluster y en especial en lo vinculado al mercado del lujo se destacan la actividad del polo, la del sangre pura de carrera (SPC) y la de salto.  En este sentido, todas las potencias hípicas del mundo han  tomado conciencia en los últimos 20 años de la importancia de la industria del caballo. Con el crecimiento voraz de la tecnología, de la mecanización y de la robotización, la industria hípica fue una de las pocas que continuó -y siempre lo hará – necesitando de la mano del hombre para su normal funcionamiento. Y lo más importante es que puede absorber mano de obra no calificada. Cada caballo de la industria del polo y turf genera entre 6 y 7 puestos de trabajo.

Es por ello que los principales países con industria hípica – EEUU, Irlanda, Japón, Francia - cuentan con políticas explícitas de fomento de esta industria. Desde un ministerio hípico como en el caso de Japón que administra, regula y promueve  el turf y que llevó a que este país alcance el 4 puesto en el ranking mundial de nacimientos de SPC, la France Gallop de Francia o el Irish Thoroughbred Marketing (ITM) de Irlanda creado entre el Gobierno y toda la industria hípica irlandesa unida y que constituye una estructura de promoción, marketing y comercialización.

En Estados Unidos  la NTRA es el paraguas que cobija a todos los sectores de la industria y a través de esta logró el reconocimiento social y gubernamental del turf como industria.
También los deportes hípicos permiten construir intangibles como por ejemplo el desarrollo de marcas que se vinculan con una determinada actividad hípica. El caso de la Martina en Argentina es un ejemplo de cómo una marca a través de la identificación con el polo se transforma en una marca de lujo de alcance global.


Argentina tiene que explotar esta potencialidad. Para ello debe contar con una política explícita que potencie este cluster de la que hasta ahora ha carecido. Quizás el Memorando de Entendimiento en materia hípica firmado entre Argentina y China en el año 2014 con el objetivo de impulsar el desarrollo del comercio de caballos en pie y servicios relacionados pueda ser el punto de partida para desarrollar una estrategia integral para esta industria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario