domingo, 5 de junio de 2016

Alianza del Pacífico – Mercosur. ¿De qué estamos hablando?



La posibilidad de que Argentina sea aceptada como miembro observador de La Alianza del Pacífico (Chile, Perú, Colombia y México) y un potencial acuerdo futuro del Mercosur con esta Alianza supone dos planos de análisis: el económico comercial por un lado y el político por el otro.

A nivel económico – comercial debemos señalar que no comenzamos de cero: el Mercosur ya tiene un acuerdo vigente de libre comercio con la Comunidad Andina (Perú, Ecuador, Colombia)(ACE 58 y ACE 59) y por otro lado ya existían acuerdos con Bolivia (ACE 36) y Chile (ACE 35). Es decir que ya existe un área de libre comercio del Mercosur dentro de América del Sur. Por ello, la cuestión comercial pendiente es la que Mercosur mantiene con México con el que no se ha podido hasta ahora alcanzar un acuerdo de libre comercio. Por lo tanto la cuestión de la relación entre el Mercosur y La Alianza es en realidad una cuestión de la relación del Mercosur con México.

El ACE 54 del año 2002 que debería que debería haber dado forma al acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y México nunca prosperó. Hasta ahora tanto Argentina como Brasil tienen firmados con México acuerdos de alcance parcial (AAP N° 6 y 53 respectivamente), es decir acuerdos que contemplan una desgravación en el tiempo para un conjunto de posiciones arancelarias pero que no abarcan a la totalidad del universo arancelario de ahí que se denominen acuerdos parciales. A estos acuerdos se le debe agregar el AAP N° 55 que reglamenta el comercio automotriz entre Argentina y México (apéndice 1) y entre Brasil y México (apéndice 2) dónde se establecen cupos (en divisas) para el comercio de vehículos y autopartes libres de derechos de importación con un horizonte de libre comercio para el 2019. 

La reseña del párrafo anterior sirve para poner en evidencia que una cosa es la voluntad política de alcanzar acuerdos comerciales que significan la apertura de mercados para nuestra oferta exportable, lo cual debe siempre alentarse, y otra muy distinta son las posibilidades ciertas donde los acuerdos de liberalización son posibles en la medida que las estructuras productivas de cada contraparte no se vean afectadas por el proceso de integración. El más claro ejemplo de ello lo tenemos en la relación entre Argentina y México: Argentina nunca pudo incorporar en su acuerdo de alcance parcial los productos alimenticios para que puedan ingresar al mercado mexicano sin el pago de derechos de importación, ni México nunca pudo vencer la resistencia argentina de liberar el comercio automotriz.

Podríamos establecer como regla general que, a mayor complejidad y diversidad de las estructuras productivas con fuertes diferenciales de productividad y competitividad dentro de ellas, las posibilidades de avanzar en acuerdos de liberalización comercial son más dificultosas que en países con estructuras productivas menos diversificadas (o más especializadas) y con niveles de competitividad más homogéneos. Ello explica la flexibilidad que tiene Chile para haber avanzado en múltiples acuerdos de libre comercio por los cuales hoy su oferta exportable puede acceder libre de derechos de importación a 4200 millones de habitantes a partir de 22 acuerdos comerciales firmados con 60 países. 

Estas limitaciones de estructura productiva deben ser tenidas en cuenta a la hora de avanzar en negociaciones con otros bloques comerciales. En el caso particular de la Alianza del Pacífico en su acta constitutiva queda establecido que para adherir como miembro pleno el país o región solicitante debe tener acuerdos de libre comercio con cado uno de los Estados Parte miembros de la Alianza. Es decir que en el caso que el Mercosur decidiera avanzar deberá tener cerrado la cuestión comercial con México de la que antes hablábamos y ello supone volver a poner sobre la mesa la cuestión de la estructura productiva de los países del bloque, en especial los casos de Argentina y Brasil. Es más, la propia Alianza ha podido liberalizar su comercio intrazona en el 92% de sus posiciones arancelarias pero en el caso del comercio agrícola
Hasta ahora solo dos países han iniciado formalmente el proceso de adhesión a la Alianza: Costa Rica y Panamá los cuales aún no han concluido.

Ser miembro observador por parte de Argentina muestra una clara voluntad de acercamiento a la Alianza pasando Argentina a engrosar la larga lista de países observadores: Union Europea, Canadá, EEUU, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Uruguay, Ecuador, El Salvador, Honduras, Rep. Dominicana, Finlandia, India, Israel, Singapur, Marruecos entre otros. Es una muestra de voluntad el acercamiento a la Alianza pero debemos mirar las cosas en su justo término y saber que en la medida que no resolvamos la cuestión del perfil productivo difícilmente podamos avanzar rápidamente en los distintos  procesos de asociación comercial que hoy están disponibles.

Si resulta más valido en términos de resultados de corto plazo el impacto desde lo político porque da una señal al mundo del acercamiento de nuestro país a un bloque de países más afines a las políticas de mercado, a la apertura al comercio, a la atracción de inversiones. Y ello de por sí marca desde lo testimonial un viraje importante.

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