La
industria electrónica de Tierra del Fuego ha sido noticia durante los últimos
meses dada los límites impuestos por el Gobierno Nacional para la adquisición
de dólares para la importación de partes y componentes. El cuello de botella
para el acceso a la divisa puso en evidencia las debilidades estructurales de
esta industria.
Un
poco de historia…
Comienzos
de los setenta. Militares-Geoestrategia.
El
régimen de promoción industrial de la Isla nació con la Ley Nº 19640/72 –
firmada por Lanusse - Mor Roig – Cayetano Licciardo. Tuvo por objeto el
desarrollo económico de la isla que reemplazaba el régimen anterior que estaba
más vinculado a constituir una zona franca pero sin desarrollo productivo. Objetivos
geoestratégicos, la necesidad de ocupar el territorio austral explicaban la
iniciativa. Veamos algunos de sus considerandos de la Ley:
“Las características que aun se
mantiene son lo suficientemente decisivas para otorgar un tratamiento, en materia
de imposición interior, de carácter uniforme y, para acelerar proceso de
disminución de desigualdades económicas relativas”
“El restablecimiento de
un régimen como el anterior, que se aproximaba bastante al técnicamente
conocido como de "área franca", no resultaba idóneo pues, al
otorgar la liberación aduanera por igual a materias primas, semielaborados y
productos finales, notoriamente desalentaba la posibilidad de estimular, en
forma general, la producción en el territorio en las áreas con ciertas aptitudes
de encararla, al facilitar sin discriminación la importación de productos
finales.”
“El sistema anterior era
idóneo en cuanto a la creación y fomento de un mercado económico allí donde
aún no habla una actividad económica estable, pero alcanzado este objetivo
primario, implicaba un mecanismo que dificultaba el desarrollo ulterior de la
producción en la zona de iniciación de otras nuevas.”
“La posibilidad de
establecer una promoción económica por medio de las disposiciones que regulan
el trafico, de mercaderías otorgando beneficios especiales, esta forzosamente
condicionada por el existencia de actividad económica estable de algún grado
y de la posibilidad de hecho de ejercer los controles correspondientes”
|
El
régimen plantea como beneficios el no pago de derechos de importación a la
mercadería proveniente de extrazona, el no pago del impuesto al valor agregado,
el no pago de impuesto a las ganancias y la aplicación de reembolsos a las
exportaciones del área aduanera especial (AAE) que se realicen al territorio
continental.
Proceso
de Reorganización Nacional. La promoción fueguina como refugio para la
Industria
Pero
a pesar de este paquete de estímulos planteado por el Gobierno Militar la
actividad industrial no surgió hasta 1977 año en el cual se inició el proceso
de apertura económica llevado adelante por el Proceso de Reorganización
Nacional.
La
apertura económica vía retraso cambiario empujó a un conjunto de actividades
industriales – industria electrónica y textil
principalmente – a defenderse de las importaciones trasladándose a la
Isla con el objeto de apropiarse de los beneficios del régimen de
promoción y de esa manera compensar la
desventaja que significaba producir en el continente con un dólar barato.
Ello
significa que las industrias mercado internistas fueron a la Isla por la
necesidad de dar subsistencia a sus actividades industriales que de otra manera
hubieran desaparecido. Los beneficios que otorgaba la promoción aseguraban su
supervivencia. Sin la apertura económica de Martínez de Hoz muy probablemente
estas empresas se hubieran quedado produciendo en el continente.
Pero
la naturaleza del esquema de promoción, si bien era superador del modelo de la
zona franca sin actividad industrial, poseía características que significaban una
transformación industrial mínima dada la facilidad para importar sin aranceles,
la facilidad para certificar origen, y los bajos niveles de escala productiva
al ser una industria que, principalmente desde su origen, pensó en abastecer al
mercado interno y no en la exportación. Una industria direccionada a un mercado
interno pequeño, que requiera de una baja escala productiva y esta baja escala
imposibilita las perspectivas de una mayor integración local. Lógica económica
pura.
Los
ochenta la primera expansión. Aparece el lobby fueguino
La
vuelta a la democracia significó una mejora sustantiva para la industria
radicada en la Isla ya que por un lado la política del retraso cambiario ya
había finalizado antes que terminara el Gobierno militar, entonces aumentaron
los niveles de protección (38% de arancel mas 15 puntos adicionales) y se
mantuvieron hasta casi finales de los ochenta las restricciones cuantitativas a
la importación. Es decir que la industria radicada en la Isla, de ir allí por
una cuestión de supervivencia, pasó a gozar de una protección cuasi – infinita
(al igual que la industria del continente) pero con los beneficios del régimen
de promoción. Ello significó una corriente de nuevas empresas radicadas a los
efectos de captar la renta fiscal que ofrecía el marco promocional. A ello se
agrega el dictado del Decreto 1527/86 por el cual las ventas en Territorio
Continental de productos producidos en el AAE – Area Aduanera Especial –
quedaban exceptuadas del impuesto al Valor Agregado. Se desvinculaba la
aplicación del IVA del lugar donde se producía el hecho imponible.
Convertibilidad.
Luces y sombras
El
Programa de Convertibilidad puesto en marcha durante 1991, con una mayor
apertura de la economía, desregulación de mercados y privatización de empresas
las públicas, significó recuperar la estabilidad económica y, junto al acceso
al financiamiento para el consumo, posibilitó una reactivación de la demanda lo
que dinamizó la producción industrial en la isla. Asimismo, en 1991 se produjo
la provincialización del entonces Territorio Nacional, mediante la Ley Nº
23.775. Este relevante hecho político impactó en el marco social fueguino,
generándose nuevos puestos de trabajo calificados –vinculados principalmente a
la actividad
administrativa
del sector público- registrándose un notable incremento en las erogaciones
corrientes, con el consiguiente crecimiento de las ramas correspondientes al mencionado
sector Público.
Coadyuvó
para ello el incremento presupuestario originado en el crecimiento del rubro
coparticipación federal -resultante del incremento de consumo-, y en la mayor
percepción de regalías petroleras y gasíferas. También fue un hecho relevante
el reconocimiento de la Promoción industrial de la Isla como régimen de
excepción dentro del Mercosur junto con Manaos.
Sin
embargo este proceso se dio pari-pasu con un crecimiento de las importaciones de productos finales similares, con lo que gran parte del dinamismo del
mercado interno fue aprovechada por la importación de extrazona, ralentizando
la dinámica industrial de la Isla. A ello se agregó el cierre de la promoción
para nuevos proyectos de radicación con el objetivo de no ampliar la sangría
fiscal que significa el régimen de promoción.
La vuelta a la
reindustrialización. La segunda expansión. Reestructuración de la industria
fueguina (la celularización)
La
década pasada y lo que va de la presente fue para la Isla la etapa de mayor virtuosismo:
demanda interna dinámica, tipo de cambio competitivo, elevada protección, el
mantenimiento de los beneficios promocionales, reapertura del régimen
promocional para nuevos proyectos de inversión para producciones no existentes
en el territorio continental – aunque existen a la fecha incumplimientos de
este requisito -, flexibilidad de hecho en los requisitos para certificar
origen.
La
extensión del régimen de promoción hasta el 31-12-2023 y la diferencial de
impuestos internos para los productos electrónicos que se produzcan en el
continente – Decreto Nº 784/2009 – respecto de los que se aplican a los que se
producen en la isla mejoró aún más el posicionamiento de la industria
electrónica promocionada.
Este
nuevo esquema se dio junto a un conjunto de transformaciones hacia el interior
de la industria a nivel de set de productos ensamblados, así como de actores
empresariales involucrados. Por un lado el creciente proceso de celularización
de la industria electrónica fueguina donde la producción de celulares pasó a
convertirse en la producción predominante en detrimento de los productos
electrónicos tradicionales y por el otro el surgimiento de las grandes cadenas
de comercialización de productos electrónicos, las cuales vieron la oportunidad
de integrarse hacia atrás en la cadena de valor al tener ellos la gobernanza de
la cadena al manejar la etapa de comercialización final de la producción
(Garbarino y Frávega entre otras).
El Balance
La
expansión industrial de la Isla, y de manera especial de su industria
electrónica conserva a pesar del tiempo transcurrido los mismos rasgos
estructurales que tuvo en su origen. Por la sencilla razón que el esquema de
incentivos promocionales se mantuvieron sin alteración en el tiempo
consolidando un perfil de bajo valor agregado, mercado internista y baja escala
productiva. Resulta llamativo que hoy sea el único régimen de promoción
industrial que tiene la Argentina.
En
el documento del CIPPEC “Radiografía de la Industrialización
Argentina en la post-convertibilidad. Eduardo Luis Yeyati y Lucio Castro. Anexo
Tierra del Fuego” en cinco
cuadros se puede cuantificar el fenómeno “industrial” de la isla:
·
13.000
mill. de pesos de costo fiscal en el año 2013
·
4500
mill. de dólares de déficit comercial en el año 2012
·
75%
del gasto total en regímenes promocionales
·
$
700.000.- del costo fiscal por trabajador a precios corrientes
·
Absorbe
el 1% del empleo industrial del país
Perspectivas
Hoy
la industria se encuentra limitada en su desenvolvimiento dado el corsé que
tiene para el acceso a las divisas. Y es que la industria fueguina además de su
falencia estructural pasó a ser un problema para la macroeconomía. El próximo
gobierno deberá utilizar este punto de partida para un replanteo total de esta
promoción.
Tierra
del Fuego merece un modelo de desarrollo sustentable que no condicione la
macroeconomía del país. Este modelo de desarrollo debe basarse en nuevos ejes:
turismo, gas y petróleo, industria maderera, sector ovino y pesquero. Y como
poder agregar valor en origen a estos recursos naturales. Aquí es donde tienen
que estar la nueva generación de estímulos fiscales que requiere el desarrollo
productivo de la Isla. El ensamblado de la industria electrónica no es el único
modelo posible, a pesar de que nos lo quieran hacer creer.
Resulta
indispensable diseñar un proceso de transición de un modelo productivo vetusto
a otro sustentable, generador de divisas. Sólo se requiere voluntad política y
un dialogo serio entre la Nación y la Provincia y que esta última deje de ser
la lobista de la industria fueguina.
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